El centro del mundo católico, esta magnífica basílica con su domo
diseñado por Miguel Ángel tiene un interior simplemente asombroso.
Para entrar, primero deberás pasar por un detector de metales
donde seguramente habrá una fila larga pero que se mueve rápidamente. El
lugar es sumamente grande, a tal punto que la escala y la proporción no
son bien manejadas por el cerebro. Se dice que se podría colocar la
Estatua de la Liberdad de Nueva York debajo del domo de la Basílica de
San Pedro y todavía quedaría espacio de sobra.
La Basílica de San Pedro es la iglesia del Papa, y es donde se llevan a cabo los eventos y ceremonias más importantes. En un principio, esta era solamente un monumento conmemorativo en el lugar donde San Pedro fue enterrado, después, Constantino mandó construir una basílica pero esta estaba a punto de derrumbarse en el Siglo XV por lo que se decide demolerla y construir el edificio actual que se termino en 1626.

Toma en cuenta que para entrar a la Basílica de San Pedro es
absolutamente necesario vestir apropiadamente, los hombres no pueden
usar ningún tipo de shorts y nadie debe usar prendas que dejen al
descubierto sus hombros y/o rodillas.
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